389 | Mariana

Una vez más, Bilbao celebra su Semana Grande. La ciudad está de fiesta desde hace un par de días y ese ambiente se nota en las calles. Como en años anteriores, el programa de actividades incluye música, gastronomía, deportes y pirotecnia, pero también trae una novedad: “Por primera vez desde que las fiestas son fiestas, participará una comparsa multicultural con su propia txosna”, dice muy ilusionada la nicaragüense Mariana Urcuyo. “Nuestra agrupación se llama Munduko Jendeak Konpartsa y está conformada por personas de varios países, desde cubanos y colombianos hasta marroquíes y rusoparlantes”, agrega para esbozar la variedad.

La konpartsa se creó el año pasado y es una de las iniciativas más ambiciosas de la Federación Gentes del Mundo, entidad que agrupa a una treintena de asociaciones de extranjeros y cuya iniciativa más conocida es el festival intercultural que se celebra anualmente en Bilbao. “Ese festival promueve el conocimiento de otras culturas y la integración social -dice Mariana-, pero esto es un paso más. Esto es la posibilidad de participar activamente en una celebración local, estar incluidos en una fiesta tradicional y, sobre todo, dejar de ser meros espectadores para poder vivirla desde dentro”, expone.

En esa línea, Mariana agrega que este paso es una “evolución natural”, tanto de la federación y sus actividades como de la gente que la integra y que “también forma parte de la sociedad y de la vida bilbaína”. La participación en las fiestas, dice, “es el fruto de mucho esfuerzo y de una voluntad clara por ser parte de las tradiciones y las costumbres del lugar donde vivimos”. Además, es un reto y una oportunidad de aprendizaje. “Todo es nuevo. Prepararnos para esto ha supuesto acometer un trabajo colectivo distinto al que hacemos habitualmente, asumir los fallos de la inexperiencia y aprender cómo se organiza una fiesta de estas características de la mano de Bilboko Kompartsak”.

Precisamente, es allí donde Mariana destaca “la apertura de las personas” y los aspectos positivos de las mezclas. “Desde el comienzo ha habido un espíritu festivo muy marcado. En las actividades compartidas con otras comparsas se han cumplido los objetivos de disfrute y de respeto a la diversidad”, subraya. “Las comidas de organización son en sí mismas una fiesta -menciona a modo de ejemplo-. Este año hemos hecho carne a la parrilla, al estilo argentino, y aquello olía fenomenal. Muchas personas se acercaban con interés y hasta se hacían fotos con Manu, el asador. Ese ambiente invita a intercambiar, a compartir. Realmente es muy positivo”.

La txosna que estrenan este año -justo detrás del Teatro Arriaga- pretende ser “un espacio de encuentro”. Habrá bocatas y kalimotxo, pero también bebidas y platos típicos de otras tierras. “Queremos que se acerque todo el mundo, sin importar de dónde sea cada uno. Por eso hemos decidido ofrecer lo tradicional, respetar los gustos y estilos locales, y a su vez presentar otras opciones, como la barbacoa argentina o el mojito cubano”, detalla. Para las más de 150 personas que atenderán estos días la txosna serán jornadas “muy exigentes, aunque cargadas de satisfacción”.

Valor colectivo

“En realidad, todo el año ha sido muy intenso para nosotros. Nos reunimos a menudo y siempre estamos haciendo cosas. A veces acabamos agotados, pero merece mucho la pena. Ten en cuenta que formar parte de un colectivo y participar en este tipo de actividades te aporta una nueva dimensión como persona, especialmente cuando eres inmigrante”, apunta Mariana, que además de extranjera es psicóloga. “A muchos de nosotros nos suceden cosas parecidas: llegamos sin conocer a casi nadie, dedicamos el tiempo y la energía a trabajar, a resolver problemas, y no solemos tener un espacio donde sacarle partido a nuestras habilidades”.

“En lo personal, me impresiona cuando hacemos equipos de trabajo, porque cada uno aporta saberes y visiones muy interesantes, diferentes a los de los demás. Son realmente equipos interdisciplinares”, destaca. “Es una dinámica que te enriquece mucho y que compensa otras ‘pérdidas’, como el hecho de que no puedas ejercer tu profesión aquí y debas trabajar en tareas muy específicas”. Ella, en concreto, no ha vuelto a trabajar como psicóloga en ningún departamento de Recursos Humanos, ni ha vuelto a encargarse de la selección de personal, ni trabaja con víctimas de violencia machista, como hacía en Nicaragua.

“Sin embargo -matiza-, estoy contenta con el cambio. Estar vivo es ya una ganancia. Vivir es tener nuevas oportunidades cada día. Hoy puedo decir que tengo más amigos que nunca, que conozco personas de muchos lugares y que juntas hacemos cosas bonitas. Ya el año pasado, cuando participamos en el desfile de las comparsas, tuvimos la oportunidad de vivir también esta fiesta y de mostrar nuestra creatividad. Y ahora, con este nuevo paso, celebramos que la fiesta de Bilbao es también nuestra”.

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