Los ojos del mundo miran otra vez hacia Egipto. En los periódicos y los telediarios, decenas de titulares rotulan este tiempo de cambios como época de inseguridad, excepticismo y rumores. Las recientes elecciones y las dudas sobre la salud de Mubarak conforman un cristal algo difuso que distorsiona la percepción de la realidad, Nadie sabe a ciencia cierta lo que pasa.
“Cuando veo a la distancia lo que ocurre en mi país me siento realmente triste por no poder vivir y participar de todos los cambios que están ocurriendo allí. Además, noto que los medios de comunicación no muestran la realidad de Egipto en sus noticias, ya que la mayoría de la gente de aquí piensa que Egipto ahora no es un país estable debido a los problemas políticos y las luchas. Y la verdad es que, aunque en el lado político todavía hay problemas, los otros aspectos relacionados con la vida diaria discurren con normalidad”.
Quien ofrece esta reflexión es Waseim Hashem Mohamed Mahjoub, un ingeniero egipcio especializado en software que se trasladó a Euskadi hace poco más de tres meses. Waseim, que participa en un proyecto de colaboración internacional impulsado por la Unión Europea, ha trasladado su despacho y su saber desde el Software Engineering Competence Center (SECC) de Egipto a las dependencias de Tecnalia, en el parque tecnológico de Zamudio.
“Allí era ingeniero Senior en I+D en la Agencia de Desarrollo para la Industria de las Tecnologías de la Información -precisa-. La oportunidad de venir al País Vasco surgió a través de ese proyecto, que promueve el intercambio profesional entre Egipto y España; en este caso, entre el SECC y Tecnalia, la empresa donde trabajo actualmente”.
Además del crecimiento profesional que esto implica, Waseim destaca que los cambios de esta magnitud permiten “adquirir la experiencia de un nuevo desarrollo cultural”. Acompañado por su mujer, el investigador ha venido con la convicción de aprender cómo son los vascos, cómo funcionan las cosas aquí y cuáles son las costumbres y bondades de una sociedad diferente a la suya. “Tampoco es tan distinta -matiza-. Desde que llegué a Bilbao, encontré varias similitudes con Alejandría”
La hospitalidad y el disfrute
“Hay una cosa que los vascos y los egipcios tenemos en común, y está muy clara: la hospitalidad de la gente. Este parecido se nota más con las ciudades egipcias situadas a orillas del Mediterráneo, como Alejandría. Cuando llegué aquí pude percibir ese rasgo compartido, y hasta encontré fragmentos de historia comunes”, continúa Waseim.
Y va más allá, puesto que él ha tenido la oportunidad de viajar a diversos continentes y conocer culturas muy distintas entre sí.
“Al haber estado en algunos países de Asia, donde la gente solo se preocupa de su trabajo, he encontrado aún más similitudes entre la gente de aquí y la egipcia. Compartimos la idea de disfrutar de la vida más allá de la actividad laboral”.
Por supuesto, algunas cosas le han sorprendido, como la edad de la gente. “He notado que hay pocos niños y gente joven en comparación con la gente mayor”, observa. Y, claro está, echa de menos a su familia, sus amigos y la comida egipcia. Sin embargo, su adaptación a Euskadi ha sido “muy buena”.
“La gente es muy agradable y sonriente- describe-. También es cierto que, como el inglés no se habla mucho, me resulta complicado poder comunicarme en la vida diaria. Esto ocasiona que algunas personas no contacten conmigo por temor a no entenderme o no poder explicarse”. Así y todo, sus compañeros de trabajo le han echado una mano para poder desenvolverse solo.
“Estar en un Centro Tecnológico internacional como Tecnalia, ha hecho que me encuentre a gente muy agradable y dispuesta a ayudar. Me lo han explicado todo: cómo manejarme con el transporte, la cultura, la historia… Incluso dónde podemos encontrar comida árabe y dónde se ubican las mezquitas en el País Vasco. Estoy muy agradecido”.