Hace un par de semanas, Ikuspegi dio a conocer los resultados de un estudio que analizaba cómo los vascos perciben a los inmigrantes. Pero, lejos de conformarse con ser ‘objeto de análisis’, un colectivo de extranjeros ha decidido realizar una investigación a la inversa: la Primera Encuesta sobre el nivel de integración y convivencia del inmigrante con la sociedad vasca. Sus conclusiones, que estarán disponibles a mediados de noviembre, reflejarán “el nivel de saisfacción” que tienen los extranjeros en Euskadi.
Todavía falta un mes para poder hacer un balance, pero los gestores de esta iniciativa tienen muy clara la meta. No se trata de averiguar cómo son vistos los inmigrantes desde la comunidad vasca, sino de cómo se sienten ellos mismos en la sociedad de acogida. “Queremos analizar el grado de integración y, sobre todo, el nivel de satisfacción y de tolerancia que tenemos hacia los vascos”, explica Néiser Trujillo, el director del estudio.
Como extranjero que es -nació en Colombia hace cuarenta años, aunque lleva nueve viviendo en Vizcaya-, este licenciado en Administración y Finanzas tiene muy claros algunos procesos. “Uno llega con ilusiones que, con el tiempo, se diluyen. Somos herramientas de trabajo y generadores de riqueza, y eso nos hace creer que somos protagonistas de algo, pero no es así. No tenemos participación política ni reconocimiento social”, subraya.
Su experiencia personal y la del resto del equipo -conformado íntegramente por extranjeros- no han constituido un sesgo a la hora de diseñar el proyecto. Sin embargo, sí han servido como punto de partida para saber qué temas importan y qué asuntos deben tratarse en el momento de preguntar.
Por ejemplo, intentarán saber si la sociedad vasca es xenófoba o si, por el contrario, los inmigrantes se sienten mejor tratados aquí que en sus países de origen. También abordarán el tema del euskera, para averiguar si la falta de manejo del idioma constituye un impedimento cuando intentan conseguir un trabajo. Y, lógicamente, no pasarán por alto el terreno de las ayudas sociales, uno de los más áridos en lo que tiene que ver con “prejuicios y estereotipos”. Un dato de interés: “El 90% de los inmigrantes que tienen trabajo están cotizando -dice Trujillo-, y no es algo que me invente yo, figura en las estadísticas de Seguridad Social”.
En el estudio -que se está realizando todavía- entrevistarán a un millar de personas, todas extranjeras residentes en Bilbao, San Sebastián y Vitoria. Y, además, tendrán en cuenta el nivel de estudios, la edad y la nacionalidad de los encuestados, así como la cantidad de tiempo que llevan viviendo en Euskadi. “No vamos a despreciar ningún dato, ni a tergiversar las respuestas que obtengamos, porque también sabemos de antemano que hay gente muy integrada y satisfecha”, señala.
Queremos ser activos
La investigación está encabezada por un grupo de profesionales de diversas áreas, incluyendo a Jorge Suárez, un sociólogo argentino. También participarán Laura Pannetti, de Mujeres del Mundo, Juan Carlos Pérez, Fanny Fajardo, Enric Preciado y Hortensia Maldonado. Todos ellos, además, integran la plataforma ‘Nuevos Ciudadanos’, un colectivo de carácter reivindicativo formado por personas de distintas nacionalidades que abogan por la participación política y social de los inmigrantes en el País Vasco.
Desde esa perspectiva, “queda mucho por hacer”. Recientemente, “todos los partidos han lanzado una propuesta para endurecer la Ley de Extranjería e impedir que quienes no tengan papeles puedan empadronarse”, menciona Trujillo como ejemplo. “¿Por qué no se hacen políticas integradoras desde la Dirección de Inmigración?”, se pregunta. “Hasta que no tengamos derecho al voto, no participaremos realmente en la vida social”.
A juicio de Trujillo, hace falta alganzar un grado más de “normalización” en las relaciones. “El origen de todos los problemas que se dan en la sociedad acaba siempre recayendo en los inmigrantes, y no debería ser así. Aunque yo vine para aquí hace muchos años y tengo mi DNI español, porque mis antepasados eran vascos, sigo siendo tratado a veces como un ciudadano de segunda. Los inmigrantes queremos ser gente activa y, hasta que no lo consigamos, no nos quedaremos quietos. La participacion y la integracion son pilares basicos para una buena convivencia en esta sociedad multicultural de nuevos ciudadanos”, concluye.